domingo, 26 de mayo de 2013

Filosofía y educación en valores

A día de hoy parece que se ha olvidado el papel que la filosofía ha cumplido y cumple, a lo largo de toda la historia. La idea que se ha obtenido de esta ciencia es la de que se basa en la mera observación y definición del mundo que nos rodea. Sin embargo, algunos de los grandes pensadores de la historia dejaron lecciones de justicia y humanidad.
La filosofía sin embargo ha sido el motor de las revoluciones llevadas a cabo a lo largo de la historia (entre ellas las desigualdades sociales, las cuales se encuentran íntimamente relacionadas con nuestro tema elegido).
En la antigua Grecia la vida era más simple que en la actualidad, mucho les pese a los grandes defensores de la tecnología como necesidad humana. El Estado y la organización que se llevaban a cabo solían estar enfocados al disfrute de la vida de todos los ciudadanos. Nos llama sin embargo la atención el hecho de que la esclavitud fuera tolerada de forma tan natural, pero al tratarse de un hecho histórico, consideramos que debemos tratarlo como tal, sin subjetivismos personales; aunque es evidente que no es un hecho que haya desaparecido. Actualmente la esclavitud se sigue dando aunque de una forma más sublime y consideramos necesario que esta idea sea expuesta en la educación no formal que el ocio y el tiempo libre nos permite desarrollar.
Con respecto a la idea de valores, creemos necesario hablar de diferentes “valores” ya que estos se encuentran en un constante cambio ideológico.
Tras la época clásica las religiones siguieron aflorando entre las mayorías. Los dioses cambiaban, y con ello los valores. La llegada del cristianismo trajo nuevas leyes, nuevos valores, que poco a poco fueron calando en la mayoría, claro ejemplo de ello el Cristianismo. Estas ideas fueron apoyadas por numerosos filósofos clásicos, dando más credibilidad a unos postulados católicos que se regían por unos valores concretos.
Más tarde, el cambio ideológico que se produjo entre la Edad Media y el Renacimiento, dieron paso a pensamientos, ideas y valores totalmente innovadores (Revolución copernicana etc.). Con las leyes y principios generados en dicho periodo se daba comienzo a una nueva época en la cual se produjeron numerosos cambios en las bases del trabajo y en las sociedades. Las grandes revoluciones industriales, y todos los cambios que ello supuso, impulsaron la creación de nuevas sociedades. Sin embargo, y aún con muchos cambios de sistemas y organización, la desigualdad y la injusticia han acompañado a la historia fielmente. Desde Sócrates a Salvador Puig-Antich. Desde los esclavos griegos a los actuales “looser” de Estados Unidos. La diferencia de clases, la desigualdad de oportunidades, el castigo a los más desfavorecidos, es algo que parece haber pasado por alto la mayoría de los pensadores que actualmente se estudian en la educación formal.
Por ello creemos totalmente necesario la importancia de dar pautas para que puedan ver estas situaciones las nuevas generaciones. Que entiendan la responsabilidad que poseemos respecto al estado actual del mundo que nos rodea y que la pasividad y la indiferencia que muestra gran parte de la población no sea porque estén desinformados.
Las actividades que nosotras desarrollamos dentro del ocio y tiempo libre es una enseñanza ajena al sistema educativo español, los individualismos y la competitividad no tienen cabida en unos objetivos de enseñanza no formal.
Algunos filósofos como Rousseau, aunque no tomados muy en serio, hablaron sobre los cambios que se debían realizar con respecto a la enseñanza de los niños y niñas.
Como estos cambios no han llegado a producirse, consideramos que una educación no formal  es totalmente necesaria. La prevención es fundamental si queremos educar a generaciones venideras que no cumplan los mismos fallos que sus predecesores, potenciando así el retorno de mentes justas, críticas, reflexivas e independientes.

Para finalizar os adjuntamos un documental sobre el sistema educativo www.youtube.com/watch?v=W1GHgtyritg “La enseñanza prohibida”.


María Elena Díaz Muñoz y Raquel Hernando San Juan

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